Esa espiral que representa el viaje que todos debemos emprender hacia nuestro interior si queremos SER. Solo los valientes que decidan emprender ese camino llegarán a apreciar la divinidad que yace en todos y cada uno de nosotros, nuestra sabiduría y consciencia. Aquellos que emprendan el viaje desde la más pura entrega y amor llegarán a si mismos, a Dios.